¿Qué es esto?
Empecemos por lo que no es: no es otro sitio más de análisis de videojuegos; aquí no encontrarás elaboradas «autopsias de bits» ni noticias ni juegos de actualidad. No, nada de eso.
Entonces, ¿de qué va esto? Pues es muy sencillo. Va de videojuegos, sí, pero lo que pretendo con «Punto de Guardado» es disponer de un pequeño espacio personal en el que plasmar con palabras mis pensamientos y organizar un poco mis ideas. Un pequeño escaparate, por así decirlo, en el que mostrar un atisbo de lo que me ronda por la cabeza en ese momento. Aquí encontrarás opiniones personales, retrospectivas, a qué estoy jugando y qué sensaciones me transmite... o puede que también me de por hablar de mis juegos o géneros favoritos o incluso recomendar algún título, pero siempre desde un prisma totalmente personal. No soy ningún experto ni vengo aquí a sentar cátedra; para eso ya hay otros espacios en Internet.
¿Y esto por qué? Pues principalmente por dos motivos: el primero, porque después de tantos años jugando a videojuegos se crea una especie de necesidad de compartir las experiencias con otras personas, incluso si solo lo comparto conmigo mismo por escrito. Y, el segundo, porque siempre he querido escribir de aquello que me hace feliz incluso aunque ni siquiera se me de bien. Creo que lo importante es que las personas puedan expresarse y compartir lo que les llena, sin importar cómo lo hagan, dónde lo hagan y quiénes o cuántos reciban el mensaje.
La idea del punto de guardado viene inspirada por aquellos lugares o puntos concretos en los videojuegos en los que podemos tomarnos un respiro y guardar la partida. Son pequeños remansos de paz en los que curarnos, gestionar nuestro inventario o simplemente parar unos minutos a relajarnos antes de continuar con la aventura.
Siempre he creído que las entregas clásicas de la saga Resident Evil tienen uno de los mejores y más icónicos puntos de guardado de la historia del videojuego. ¿Quién no recuerda esa máquina de escribir o sus cintas de tinta? Así es como el juego te permitía registrar tu progreso y, por norma general, se encontraban en salas donde no se corría peligro. Y eso es justo lo que quiero que este espacio sea para mí, esa sala tranquila y segura donde poder parar a reflexionar y «guardar mi progreso»; dejar por escrito mis pensamientos, como pequeños momentos congelados en el tiempo, para mí, para compartirlos y para poder volver a redescubrirlos con el tiempo.
«Punto de Guardado» es un experimento. Es una deuda que saldar, una promesa a mí mismo y a mi yo futuro. Es una meta y un reto; uno catártico, espero.
Si has llegado hasta aquí ya es mucho más de lo que esperaba, así que te doy las gracias por regalarme tu valioso tiempo y, si no, pues no pasa nada, porque es parte de la experiencia.